Dios, el anestesiólogo y el paciente
jueves, 25 de junio de 2009
EL EQUIPO PESADO DE RESIDENTES.
martes, 23 de junio de 2009
Inhibidores de los canales del sodio y el calcio, futuro en analgesia paliativa
Después de aparecer como respuesta a los síntomas oncológicos, los cuidados paliativos se han extendido a patologías respiratorias, renales y neurológicas, entre otras. Eduardo Bruera, jefe de paliativos del MD Anderson de Houston, ha explicado a DIARIO MÉDICO que por primera vez se cuenta con analgésicos no derivados de opiáceos y antiinflamatorios.
Los cuidados paliativos nacieron a partir del cáncer, una enfermedad, "la más temida", que supuso el primer desafío para los profesionales ligados a este ámbito. Así lo ha señalado a DIARIO MÉDICO Eduardo Bruera, coordinador de Cuidados Paliativos del Centro Oncológico MD Anderson de Houston, en Estados Unidos, que ha pasado por Madrid para visitar el Hospital de Cuidados Laguna.
¿Son diferentes los cuidados paliativos en cáncer con respecto a otras patologías?-Es cierto que el cáncer es el padre de los paliativos, pero estos cuidados son perfectamente aplicables a pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva, problemas respiratorios progresivos, fallos renales y enfermedades neurológicas crónicas. En los primeros sistemas de cuidados paliativos, el 80-90 por ciento de los pacientes eran oncológicos, pero hoy día hay centros especializados en los que el porcentaje de pacientes no oncológicos supera el 50 por ciento.
* Hace diez años era clara la infrautilización de opiáceos y morfina. Ahora ha mejorado su uso, pero hay que actuar con prudencia por sus efectos
¿Existen novedades terapéuticas?-Hay muchas aportaciones interesantes. Por fin comprendemos por qué se padecen cinco o seis síntomas a la vez, por qué sentimos dolor, con náuseas, falta de apetito, cansancio, etc. Antes pensábamos que el paciente tenía muchos problemas diferentes que derivaban en otros tantos síntomas, pero se ha determinado que estos problemas están generados por sustancias químicas producidas por el tumor y el sistema inmune, que responde ante la enfermedad.
El objetivo es el desarrollo de moléculas que bloqueen estos elementos, y el reto es que el paciente se sienta físicamente mejor; no sólo hacer remitir la enfermedad. Destacaría especialmente los bloqueadores de citocinas: van a ser de gran utilidad, ya que hay muchas moléculas en desarrollo capaces de inhibir estas proteínas.
Disponemos, por primera vez en la historia, de remedios para el dolor que no son puramente de la familia de los opiáceos y los antiinflamatorios. Por ejemplo, los inhibidores a escala neuronal de los canales del sodio y el calcio disminuyen el dolor sin efectos adversos como somnolencia y confusión, algo típico de los opiáceos. Hay muchas razones para ser optimistas.
En torno a los opiáceos y la morfina, ¿es correcto su uso en la actualidad?-Hace diez años hubiera dicho sin duda que el problema en el cien por cien de los casos era de infrautilización; había mucho dolor oncológico, y relativo a otras enfermedades, que no se controlaba adecuadamente. Se ha mejorado mucho, pero tras esta evolución hay que hacer balance entre la extremada utilidad de los opiáceos y el cuidado que hay que tener con su uso: pueden aparecer problemas de confusión y delirios, entre otros.
El uso no cuidadoso de este tipo de fármacos ha afectado a su reputación, por lo que el reto a partir de ahora es mejorar la formación del médico en la utilización de opiáceos y morfina. Son fármacos muy seguros y efectivos, pero hay que usarlos con prudencia.
¿Hasta dónde deben llegar los cuidados paliativos?-Su límite lo marca la propia naturaleza humana: si el objetivo es eliminar por completo el sufrimiento, no llegaremos al éxito. El fin de la vida casi nunca va a ser agradable, forma parte de la estructura biológica del hombre. Los cuidados paliativos tienen la capacidad de disminuir el sufrimiento, pero no de borrarlo ni de quitar a la muerte su significado.
¿Observa muchas diferencias entre la red de paliativos de Estados Unidos y la de España?-Los cuidados paliativos han tenido siempre un desafío en su integración en la educación médica, los hospitales y los cuidados domiciliarios. Son más antiguos que la medicina de urgencias, pero no nacieron de los grandes centros universitarios, sino de un movimiento basado en la comunidad. Por ello, su integración en la medicina organizada ha sido más lenta que con otras áreas.
Puede haber diferencias, pero ante todo destacaría un paralelismo entre España y Estados Unidos: el nivel es muy variable. Se encuentran situaciones con un muy alto nivel de paliativos y centros en los que casi no existen. Hay más acceso a estos cuidados, aunque falta formación para estudiantes y médicos; en ambos países, según el sitio, se pasa de lo mejor hasta la desatención. Hay progresos, pero queda mucho por hacer.
¿En casa o en un centro especializado?El debate entre los defensores de los cuidados paliativos hospitalarios y los que propugnaban los domiciliarios "ha llevado 25 años, hasta que por fin se ha comprendido que lo ideal es disponer de un sistema integrado, en el que el paciente, de acuerdo con sus necesidades, tenga acceso a las dos modalidades".
Eduardo Bruera dice que el cáncer no afecta por igual a todo el mundo y que un tumor "que pueda ser bastante benigno con un paciente y causar sólo fátiga, cansancio y poco dolor", puede ser muy agresivo con otro afectado "y acompañarse de mucho dolor, metástasis y depresiones".
Sólo se puede inclinar la balanza hacia uno de los dos modelos analizando cada caso particular. De cualquier forma, cree que el ambiente domiciliario es la mejor opción "siempre que el paciente pueda manejarse y disponga de recursos socioeconómicos que faciliten su internamiento si es necesario". En caso contrario, asegura que una unidad especializada puede ser necesaria desde el primer momento".
Recorte de prensa, diariomedico.com (2009-05-06)
jueves, 11 de junio de 2009
Recomendaciones generales para mejorar la práctica en anestesiología
Recomendaciones generales para mejorar la práctica en anestesiología
Garantizar una atención anestésica profesional
- Médico especializado en anestesiología.
- Certificado por el Consejo de Especialidad.
- Se sugiere la actualización continua para mejorar el nivel de conocimientos y destrezas para un mejor desempeño profesional.
Valorar integralmente cada caso en el preanestésico
- Revisión cuidadosa del expediente clínico.
- Exploración física del paciente.
- Valoración del riesgo anestésico, quirúrgico o ambos, así como la enfermedad base.
- Indicar el periodo de ayuno de acuerdo a la edad del paciente, estado físico, tipo de cirugía.
- Evaluar otras comorbilidades (DM, HTA, Obesidad).
Establecer el mejor plan anestésico
- Contar con el consentimiento válidamente informado.
- Elegir cuidadosamente el método anestésico adecuado para cada paciente de acuerdo al estado clínico, comorbilidades y tipo de procedimiento quirúrgico.
- Antes de iniciar el procedimiento establecer un plan de acceso para la administración de líquidos.
- Preparación, identificación y optimización del equipo de acuerdo a método validado o reconocido.
- Proporcionar al paciente durante el transanestésico una monitorización constante de la frecuencia cardiaca y respiratoria, presión arterial, temperatura y saturación de oxígeno.
Reducir riesgos innecesarios
- Asegurar un manejo acorde a los riesgos establecidos.
- Contar con un procedimiento que permita la correcta identificación de los fármacos a utilizar.
- Evitar los retrasos en la preparación del paciente para reducir los tiempos.
- Para pacientes con alteraciones anatómicas o fisiológicas.
- Preveer el equipo necesario para el control efectivo de la vía aérea durante todo el proceso de atención.
- Conducir personalmente la anestesia y permanecer junto al paciente durante todo el procedimiento.
Vigilar estrechamente la etapa de recuperación
- Revalorar el estado del paciente y presentarlo al personal que cuidará de él, reportando condiciones y curso anestésico, así como las indicaciones.
- Evaluar especialmente la ventilación, oxigenación, circulación, estado mental, temperatura, estado de hidratación, así como dolor, náusea y vómito.
- El médico anestesiólogo deberá pasar visita post anestésica las veces que sea necesario.
Documentar todo el proceso de atención anestésica
- Documentar debidamente los eventos anestésicos en el expediente clínico: nota de valoración pre-anestésica, hoja de registro anestésico y nota post-anestésica, con el nombre completo y firma del médico o los médicos que participaron en el manejo del paciente.
- Anotar en el expediente clínico cualquier circunstancia que obligue a realizar algún procedimiento anestésico sin los elementos necesarios.
Procurar atención anestésica ideal para casos fuera del quirófano
- En procedimientos anestésicos realizados fuera del quirófano, se recomienda contar con el equipo necesario para la vigilancia y administración de fármacos, oxigeno y anestésicos por el anestesiólogo.
Recomendaciones para la realización de procedimientos anestésicos en pacientes de la Tercera Edad
Valorar integralmente cada caso en el preanestésico
- Para el manejo anestésico del paciente senil se deberán observar todas las medidas mencionadas para el paciente convencional, además de que la edad por sí sola no se considera como contraindicación para procedimientos anestésicos-quirúrgicos.
- La evaluación preanestésica debe ser integral y de manera intencionada investigar posible enfermedad cardiopulmonar y estado cognitivo, valorar capacidad funcional, estado nutricional así como los tratamientos previos y actuales que pueden interactuar con los fármacos anestésicos e investigar procedimientos quirúrgicos recientes y sus resultados.
- Los exámenes de laboratorio y gabinete indicados, son de acuerdo a las condiciones comorbidas y cirugía contemplada.
Establecer el mejor plan anestésico
- El procedimiento anestésico (general o regional) será seleccionado dependiendo del estado físico y las características del paciente.
- Dado que los pacientes seniles o de la tercera edad presentan cambios anatomofisiológicos, y patologías propias de este grupo etario, son factores que pudieran tener influencia en la evolución del paciente, por lo que se recomienda contar con un monitoreo más estrecho.
- En el caso de la anestesia regional (nervios periféricos y neuroaxial) debemos considerar los cambios anatómicos que pueden presentarse, además de tomar en cuenta que se disminuirán las dosis de los anestésicos locales.
Reducir riesgos innecesarios
- Asegurar la permeabilidad de la vía aérea, ventilación y oxigenación al finalizar el procedimiento anestésico por el tiempo que sea necesario.
- Se recomienda disminuir los requerimientos de fármacos endovenosos, inhalados y anestésicos locales.
El delirium es una de las alteraciones comunes en el anciano y puede agudizarse en el periodo perioperatorio. Deberá informarse al familiar responsable de éste por su duración; por lo que se buscará disminuir su incidencia evitando la administración de anestésicos
y adyuvantes que lo precipiten, así como la hipotensión, hipoxemia, hipercarbia y alteraciones electrolíticas.
En anestesia regional, considerar siempre las siguientes situaciones:
a) La anestesia espinal produce un bloqueo simpático más profundo.
b) En la hipotensión resultante, la administración de líquidos puede no ser suficiente y se debe considerar el uso de vasopresores
más tempranamente que en adulto joven.
c) En pacientes con función miocárdica comprometida, tener cuidado con la prehidratación para evitar una sobrecarga circulatoria aguda que puede precipitar insuficiencia cardiaca y edema pulmonar una vez que la vasodilatación por el efecto del bloqueo ha desaparecido.
d) La hidratación previa al bloqueo muchas veces no evita la aparición de hipotensión.
e) Las dosis de anestésicos locales, son menores que en el adulto joven.
Considerar en este grupo de pacientes situaciones especiales como: labilidad para el bloqueo simpático y la consecuente hipotensión; por lo que la administración de vasopresores están indicados; la sobrecarga de líquidos puede precipitar insuficiencia cardiaca y edema agudo de pulmón; la disminución de la presión parcial de oxígeno
en pacientes con antecedentes de isquemia miocárdica desencadenaría un infarto.
domingo, 7 de junio de 2009
sábado, 6 de junio de 2009
Residencia Anestesiologia Hospital Regional Universitario Pte. Estrella Ureña
HISTORIA DE LA CREACION RESIDENCIA ANESTESIOLOGIA EN EL HOSPITAL REGIONAL UNIVERSITARIO PRESIDENTE ESTRELLA UREÑA,
Al ver las necesidades, las factibilidades de una planta física y personal dispuesto a dar de sus conocimientos, además, de hacer ver a los directivos del Instituto Dominicano de Seguros Sociales la necesidad de una residencia en anestesiología en nuestro hospital y el auspicio de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, diligencia realizada por el jefe del departamento Dr. Julián Mariús y el Dr. Luís José Castillo, jefe de enseñanza de aquel entonces. Y es en el 2001 cuando se crea la tan esperada residencia en Anestesiología, dando inició a la etapa institucional de la docencia en la especialidad.
Se inició una política de expansión de sus áreas de actuación incorporando el concepto de medicina perioperatoria y estableciendo un programa actual de Educación Continua para anestesiólogos.
Ya en ese mismo año se ingresa a concurso 3 plazas para la residencia de Anestesiología en el hospital Regional Universitario Pte. Estrella Ureña y siendo los primeros en ingresar el Dr. David Rodríguez, Dr. Edwin Montán y la Dra. Celia Cera Contreras, quienes se gradúan tres años después (2004); ya en el 2002 ingresan las doctoras Connie Ventura, Sandra Rodríguez y Ana Polanco, consiguiendo un grado meritorio la Dra. Ventura de la mejor residente de los hospitales del Instituto Dominicano de Seguros Sociales en el año de su graduación (2005); y hasta el momento se ha continuado el ingreso cada vez, de tres concursantes por año.
Los objetivos básicos de nuestro departamento son formar especialistas en Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor que tengan un nivel de conocimientos y dominio de las habilidades y destrezas manuales e intelectuales adecuados que les permitan desempeñar con seguridad e idoneidad la Especialidad en los tres ámbitos antes mencionados, con especial atención a mantener su capacitación mediante el Desarrollo Profesional Médico Continuo consistente en Cursos y Jornadas de Actualización organizadas por la Cátedra de Anestesiología e Instituciones acreditadas para tal fin por la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina.
Se hace especial mención de la necesidad de formar al especialista con un claro perfil científico donde el pensamiento crítico le guíe en sus decisiones diarias, apoyado por conocimientos básicos de Bioética, Epidemiología Clínica y Metodología de la Investigación.
Debe aprender a desempeñarse profesionalmente guiándose por la medicina basada en evidencia y por el compromiso social establecido como Universitario. Emplear y aplicar métodos y técnicas necesarios para hacer al paciente insensible al dolor, mantener las funciones vitales en condiciones óptimas y para protegerlo frente a la agresión psíquica o somática, antes, durante y después de las intervenciones quirúrgicas, exploraciones diagnósticas, partos y en otras situaciones que así lo aconsejara.
Prevención de la neumonía adquirida en ventilación mecánica
1 Uso de bata y guantes
2 Higiene de manos con solución alcohólica
3 Mantener la cabecera de la cama elevada 30-45º
4 Evitar la sobredistensión gástrica
5 Higiene de la boca con clorhexidina al menos cada 6 horas
6 Tubos orogástricos en vez de nasogástricos
7 Evitar aspiraciones traqueales y desconexiones del circuito innecesarias
8 Mantener la presión de neumotaponamiento del tubo orotraqueal por encima de 20 cmH2O
¿Cómo mejorar la atención de los pacientes con dolor neuropático?
Dres. O'Connor A, Dworkin R SIIC American Journal of Medicine 122(10 Supl. 1):22-32, Oct 2009 | |
Introducción y objetivos El tratamiento de los pacientes con dolor neuropático es complicado. De acuerdo con lo informado en estudios clínicos aleatorizados, el tratamiento con drogas eficaces sólo es satisfactorio en el 50% o menos de los pacientes con dolor neuropático. Asimismo, en estudios transversales se informó que los pacientes con dolor neuropático generalmente presentan sintomatología moderada, a pesar de recibir terapia farmacológica. Estos hallazgos pueden deberse a la administración de un tratamiento inadecuado. Existen numerosos estudios controlados y aleatorizados sobre el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. La información que surge de estos se empleó para crear recomendaciones terapéuticas fundamentadas, de validez internacional, con el auspicio de laInternational Association for the Study of Pain (IASP) Neuropathic Pain Special Interest Group(NeuPSIG). Dichas recomendaciones fueron aprobadas por entidades como la American Pain Society, la Canadian Pain Society y la Latin American Federation of IASP Chapters. Al mismo tiempo, la European Federation of Neurological Societies (EFNS) y la Canadian Pain Societycrearon recomendaciones adicionales para el tratamiento farmacológico de los pacientes que presentan dolor neuropático. En el presente artículo se describen las recomendaciones del NeuPSIG y se las compara con las elaboradas por la EFNS y la Canadian Pain Society. Por último, se resumen las recomendaciones elaboradas por la EFNS para el empleo de neuroestimulación en pacientes con dolor neuropático. Consideraciones generales Existen recomendaciones consensuadas para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. No obstante, la mayoría de la información se obtuvo en pacientes con neuralgia posherpética o neuropatía diabética. En consecuencia, la extrapolación de los resultados a pacientes con dolor neuropático de diferente origen es cuestionable. Además, la duración de los estudios controlados y aleatorizados generalmente fue breve como para definir la eficacia a largo plazo de una determinada droga. Una de las limitaciones principales para la elaboración de recomendaciones terapéuticas para los pacientes con dolor neuropático es la escasez de estudios de comparación entre diferentes drogas. A esto se suman las diferencias metodológicas entre los estudios disponibles, que impiden la realización de comparaciones fidedignas. Las drogas eficaces para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático generalmente tienen un número necesario para tratar de 2 a 6. Asimismo y más allá del efecto placebo, en la mayoría de los estudios que evaluaron tratamientos eficaces, la proporción de pacientes que logró un adecuado alivio del dolor fue del 50% o menos. La información disponible no permite clasificar a las drogas según su eficacia. Por lo tanto, la elección de los fármacos se realiza sobre la base del perfil de efectos adversos, la presencia de comorbilidades, el riesgo de interacciones farmacológicas y el costo, entre otras variables. Las recomendaciones para el tratamiento farmacológico de los pacientes con dolor neuropático disponibles en la actualidad presentan ciertas diferencias. Estas diferencias podrían interpretarse como áreas de controversia originadas en la escasez de información. Por ejemplo, en las recomendaciones elaboradas por el NeuPSIG y la Canadian Pain Society, se considera al dolor neuropático periférico como una única categoría. En cambio, en las recomendaciones de la EFNS, el dolor neuropático periférico se divide en diferentes entidades. Ambos puntos de vista están científicamente fundamentados. A pesar de ésta y otras diferencias, las recomendaciones elaboradas por las distintas entidades son coherentes entre sí. Recomendaciones de la IASP NeuPSIG Las recomendaciones elaboradas por el NeuPSIG no se aplican a la población pediátrica y a los pacientes con neuralgia del trigémino. Sólo se consideraron las formulaciones orales y tópicas de las drogas. El NeuPSIG considera que las drogas de primera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático son aquellas que presentaron una eficacia sistemática en estudios controlados y aleatorizados. En este grupo se incluyen los antidepresivos inhibidores de la recaptación de noradrenalina y serotonina (IRNS), los ligandos de los canales de calcio y la lidocaína tópica. Las drogas de segunda línea son aquellas que demostraron eficacia en estudios controlados y aleatorizados, pero que los autores no las consideran similares a las drogas de primera línea. En este grupo se incluyen los opioides y el tramadol, salvo que exista una indicación específica para su empleo. Las drogas de tercera línea son numerosas e incluyen aquellas que cuentan con sólo un estudio controlado y aleatorizado positivo sobre su empleo en pacientes con dolor neuropático. También se incluyen en este grupo las drogas para las cuales se obtuvieron resultados heterogéneos. Drogas de primera línea Como ya se mencionó, los IRNS son agentes de primera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. La eficacia de los antidepresivos tricíclicos (ATC) fue observada en numerosos estudios controlados y aleatorizados, aunque en algunos casos no son drogas de utilidad. Los ATC son económicos, se administran una vez por día y son de utilidad para el tratamiento de la depresión que se presenta con frecuencia en comorbilidad con el dolor neuropático. No obstante, su eficacia analgésica no se relacionaría con la presencia o ausencia de depresión. Los efectos adversos anticolinérgicos y la hipotensión ortostática son las principales desventajas del tratamiento con ATC. Se recomienda preferir el uso de aminas secundarias, ya que tienen menos efectos adversos, y considerar la posibilidad de cardiotoxicidad, aunque los resultados de los estudios disponibles son heterogéneos respecto de este efecto no deseado. Otro efecto adverso que se destacó en algunos estudios fue la muerte súbita. El NeuPSIG recomienda precaución al emplear ATC en pacientes con trastornos cardíacos, efectuar monitoreos electrocardiográficos en pacientes mayores de 40 años y administrar dosis menores de 100 mg/día. La dosis de ATC se debe incrementar de manera paulatina y administrar en horario nocturno. La venlafaxina y la duloxetina son IRNS eficaces para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático periférico. La eficacia a largo plazo de la duloxetina fue demostrada en estudios abiertos realizados en pacientes con neuropatía periférica, pero no existen estudios efectuados en pacientes con otros tipos de dolor neuropático. Entre las ventajas de la duloxetina se incluye su efectividad en caso de depresión y la eficacia del tratamiento con dosis bajas. Asimismo, la droga tiene un perfil de tolerabilidad y seguridad adecuado. En cuanto a la venlafaxina, se informó su eficacia en pacientes con neuropatía periférica dolorosa de etiología diabética y en caso de polineuropatías de otra índole. Debe considerarse que la venlafaxina puede provocar alteraciones en la conducción cardíaca y síndrome de abstinencia. La administración de ISRS a niños y adolescentes requiere precaución debido a la posibilidad de ideación suicida. El gabapentín y la pregabalina son eficaces en pacientes con dolor neuropático, si bien los resultados de los estudios al respecto son heterogéneos. Ambas drogas afectan la liberación de neurotransmisores mediante su unión a los canales de calcio gatillados por voltaje. Entre sus efectos adversos se incluyen los mareos y la sedación. No obstante, presentan pocas interacciones farmacológicas. El gabapentín debe administrarse en 3 tomas diarias. Se recomienda aumentar la dosis en forma gradual. Esto disminuye la rapidez con que se puede alcanzar su efecto analgésico completo. La tolerabilidad y la eficacia de la pregabalina son similares a las del gabapentín, pero con la primera el tratamiento puede iniciarse con dosis eficaces. Esto permitiría obtener un efecto terapéutico más rápido en comparación con el gabapentín. Debe considerarse que se informó una asociación entre la administración de antiepilépticos y la aparición de ideación suicida, aunque este hallazgo sería más significativo al administrar fenitoína o fenobarbital. Los parches de lidocaína al 5% son eficaces en pacientes con neuralgia posherpética y alodinia relacionada con el dolor neuropático. Este tratamiento es bien tolerado y, en general, no tiene efectos adversos sistémicos. La aplicación local de lidocaína también puede efectuarse mediante formulaciones en gel, que son más económicas que los parches. La elección de lidocaína tópica es más adecuada en presencia de dolor neuropático localizado, en tanto que su eficacia en pacientes con dolor neuropático central no sería notoria. Drogas de segunda línea que son consideradas como primera opción en determinadas circunstancias Dado que los opioides brindan un alivio inmediato del dolor, su empleo es adecuado en algunos casos agudos, mientras se aumenta la dosis de las drogas de primera línea. También puede ser de utilidad en pacientes con exacerbaciones del dolor o con dolor asociado con el cáncer. En todos los casos se recomienda evaluar el riesgo de abuso y administrar la dosis más baja posible. La constipación, las náuseas y la sedación son los efectos adversos más frecuentes de los opioides. Con excepción de la constipación, estos cuadros mejoran con el tiempo. También puede observarse afectación cognitiva y dependencia física. Este último efecto implica la necesidad de interrumpir el tratamiento de manera paulatina. En general, se prefiere el empleo de dosis fijas de opioides de acción prolongada para ser administrados a largo plazo. El tramadol es un agonista opioide que además inhibe la recaptación de noradrenalina y serotonina. Su administración es eficaz en pacientes con dolor neuropático y provoca un riesgo de abuso generalmente bajo. Al igual que los opioides, la analgesia brindada por el tramadol es inmediata. Esto lo convierte en una droga de primera elección en las mismas situaciones que los opioides. Los efectos adversos del tramadol son similares a los observados al administrar opioides. Sin embargo, el tramadol puede disminuir el umbral convulsivo y favorecer la aparición de síndrome serotoninérgico. Se recomienda aumentar la dosis de modo paulatino hasta llegar a 400 mg/día. En presencia de insuficiencia renal o hepática, la dosis máxima permitida es 300 mg/día. Drogas de tercera línea Las drogas de tercera línea deben reservarse para el tratamiento de los pacientes que no respondieron bien o presentan contraindicaciones para recibir drogas de primera y de segunda línea. Entre dichas drogas se incluye el bupropión, el citalopram y la paroxetina, y drogas antiepilépticas como la carbamacepina, la lamotrigina, la oxcarbazepina, el topiramato y el ácido valproico. No obstante, los resultados de los estudios sobre su empleo son heterogéneos. Lo mismo se observa respecto de la eficacia de la capsaicina, el dextrometorfano y la memantina, entre otros agentes. Dolor neuropático central De acuerdo con las recomendaciones del NeuPSIG, algunas drogas son eficaces en pacientes con dolor neuropático originado en lesiones del sistema nervioso central. Por ejemplo, los antidepresivos tricíclicos y las drogas que actúan sobre los canales de calcio serían eficaces en pacientes con dolor provocado por accidente cerebrovascular. Estas últimas drogas también servirían para tratar a los pacientes con daño medular. En pacientes con dolor asociado con esclerosis múltiple se informó la utilidad de los cannabinoides. Recomendaciones de la Canadian Pain Society De acuerdo con la Canadian Pain Society, existen cuatro niveles de recomendación para el tratamiento farmacológico de los pacientes con dolor neuropático. Las drogas de primera y segunda línea difieren en términos de calidad de la información que sustenta su empleo y número necesario para tratar (NNT) informado en los estudios disponibles. Entre las drogas de primera línea se incluyen los ATC, el gabapentín, la pregabalina y la carbamacepina. Los agentes de segunda línea incluyen la lidocaína tópica, la duloxetina y la venlafaxina. Las drogas de tercera línea requieren monitoreo y seguimiento especiales, y son el tramadol y los analgésicos opioides. Las drogas de cuarta línea son aquellas que tienen al menos un estudio controlado y aleatorizado positivo sobre su empleo, pero se requieren investigaciones adicionales para recomendar su administración. En este grupo se incluyen los cannabinoides, la metadona, los ISRS, la lamotrigina, el topiramato y el ácido valproico, entre otras. El empleo de opioides y la combinación de drogas sólo se recomiendan bajo sugerencias similares a las expuestas por el NeuPSIG. Recomendaciones de la EFNS Las recomendaciones de la EFNS se encuentran divididas según la presencia de polineuropatías, neuralgia posherpética, neuralgia del trigémino y dolor neuropático central. Según la EFNS, el gabapentín, la pregabalina y los ATC son drogas de primera línea para el tratamiento de los pacientes con polineuropatías dolorosas, neuralgia posherpética y dolor neuropático central. La venlafaxina y la duloxetina son drogas de segunda línea para emplear en caso de polineuropatía dolorosa, en tanto que la lamotrigina y el tramadol se consideran de segunda o tercera elección. En caso de neuralgia posherpética, se recomienda utilizar lidocaína tópica como primera opción si el dolor es localizado o existe alodinia. En cambio, el ácido valproico es una opción de segunda línea, al igual que el tramadol y la capsaicina. Por último, la lamotrigina, los opioides y los cannabinoides se incluyen entre las drogas de segunda o tercera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático central. La EFNS también elaboró recomendaciones para el empleo de neuroestimulación en pacientes con dolor neuropático, aunque debe destacarse que los estudios al respecto son limitados. Existe información suficiente para recomendar la estimulación de la médula espinal ante el síndrome de fracaso de la cirugía espinal lumbar. Lo mismo se verificó para los pacientes con síndrome doloroso regional complejo tipo I. Si bien la estimulación de la médula espinal puede ser útil en pacientes con otros cuadros de dolor neuropático, son necesarios estudios adicionales al respecto. Conclusión Las recomendaciones vigentes para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático son de utilidad para mejorar la atención médica y permiten recomendar el empleo de ATC, gabapentín y pregabalina como drogas de primera línea. Los analgésicos opioides y el tramadol se consideran opciones de segunda o tercera línea. También se recomienda la aplicación tópica de lidocaína ante situaciones de dolor neuropático periférico localizado, aunque en algunos casos esta opción se considera de primera línea y en otros se incluye entre las de segunda línea. La duloxetina y la venlafaxina son drogas de primera línea de acuerdo con la recomendación del NeuPSIG. En cambio, la Canadian Pain Society y la EFNS consideran a ambas drogas entre las opciones de segunda línea para el tratamiento de los pacientes con polineuropatías dolorosas. Los autores concluyen señalando que son necesarios estudios adicionales para optimizar el empleo de las drogas existentes e identificar nuevos agentes que permitan obtener beneficios terapéuticos superiores. |