Dios, el anestesiólogo y el paciente

Dios, el anestesiólogo y el paciente
Dra. Evangelina Hernández

lunes, 27 de diciembre de 2010

Gmail - [REMI-L] REMI 2010; 10 (12): 1583. Riesgo de neumonía postoperatoria e inhibidores de la acidez gástrica - evangelina.hg@gmail.com

Riesgo de neumonía postoperatoria e inhibidores de la acidez gástrica

Artículo original: Postoperative pneumonia in elderly patients receiving acid suppressants: a retrospective cohort analysis. Redelmeier DA, McAlister FA, Kandel CE, Lu H, Daneman N. BMJ 2010; 340: c2608. [Resumen] [Artículos relacionados]

Introducción: Los inhibidores de la acidez gástrica (IAG) aumentan el crecimiento bacteriano en el tracto digestivo, lo que puede favorecer la aparición de infecciones gastrointestinales y respiratorias. A pesar de haberse realizado múltiples estudios tanto en el ámbito ambulatorio como en el hospitalario y en las UCI, los datos son controvertidos.

Resumen: Se identificaron en una base de datos previamente validada todos los 593.265 pacientes mayores de 65 años de la región canadiense de Ontario sometidos a cirugía electiva entre 1992 y 2008, a fin de investigar mediante análisis multivariante si el uso previo de IAG (principalmente omeprazol y ranitidina) se asocia a un mayor riesgo de neumonía postoperatoria. Los que tomaban IAG presentaron un riesgo mayor de neumonía postoperatoria (13 por 1.000 frente a 10 por 1.000; OR 1,3; IC 95% 1,23-1,38; P < 0,001), pero también tenían con mayor frecuencia otros factores de riesgo de neumonía. Después de ajustar por distintos factores de confusión no se encontró aumento del riesgo asociado de forma independiente al uso de IAG (OR ajustada 1,02; IC 95% 0,96-1,09; P = 0,48). No se identificó ningún subgrupo que presentara un riesgo aumentado de neumonía postoperatoria asociado al uso de IAG (inhibidores de la bomba de protones, tratamientos de larga duración, dosis altas, cirugía de alto riesgo...).

Comentario: El estudio se ciñe a ancianos mayores de 65 años, sobre los que recaen la mayoría de los casos de neumonía postoperatoria, y a casos de primera cirugía electiva, pues la cirugía de emergencia y las cirugías sucesivas presentan factores de confusión difíciles de controlar en un estudio observacional. El estudio se realizó con gran rigor metodológico, aunque no analizó la influencia de factores de riesgo potencialmente importantes no recogidos en la base de datos, como tabaquismo, alcoholismo, dependencia funcional, obesidad, espirometría... y encontró factores de riesgo previamente identificados de neumonía postoperatoria (EPOC, neumonía previa, cirugía torácica o abdominal mayor, duración de la cirugía, edad, sexo, inserción de sonda nasogástrica, hipoalbuminemia postoperatoria, comorbilidad, psicofármacos). La neumonía postoperatoria aumenta la estancia hospitalaria en más de diez días y multiplica por diez el riesgo de muerte,y este estudio es relevante porque señalar otros factores de riesgo prioritarios para la investigación y para diseñar intervenciones preventivas. Sus resultados sin embargo no son extrapolables a la cirugía no programada o a situaciones en que los IAG se prescriben por un proceso agudo.

Eduardo Palencia Herrejón
Hospital Infanta Leonor, Madrid
©REMI, http://remi.uninet.edu. Diciembre 2010.

viernes, 10 de diciembre de 2010

www.anestesiaenmexico.org/RAM7/ram17-2-001.pdf

www.anestesiaenmexico.org/RAM7/ram17-2-001.pdf

En la Búsqueda de un Futuro Diferente

No somos los únicos con este problema.
Es algo que nos hace pensar que verdaderamente dentro del área
médica existe un gran obstáculo, una gran fobia por la
escritura, por la investigación.

www.anestesiaenmexico.org/RAM7/ram17-2-001.pdf

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En la Búsqueda de un Futuro Diferente

No somos los únicos con este problema.
Es algo que nos hace pensar que verdaderamente dentro del área médica existe un
gran obstáculo, una gran fobia por la escritura, por la investigación.

Los primeros casos de anestesia a distancia

20 SEP 10 | Ha 'nacido' la Teleanestesia
Los primeros casos de anestesia a distancia
Innovación tecnológica.

El Mundo, España


Patricia Matey | Madrid

Thomas Hemmerling, de la Universidad MacGill (Montreal, Canadá), pasará a la historia por ser el primer anestesista que logra, literalmente, 'dormir' a un grupo de pacientes por videoconferencia. De sus manos, en colaboración con las de especialistas de la Universidad de Pisa (Italia), ha 'nacido' la Teleanestesia, tras anestesiar a 20 pacientes que iban a ser intervenidos de tiroides en Italia sin moverse de su 'centro de operaciones' canadiense.

Todo gracias a un nuevo sistema automatizado, bautizado como 'McSleep' (nombre escogido a raíz de la famosa serie televisiva 'Anatomía de Grey'). Consiste, en realidad en un ordenador, con el software de control y monitorización de la anestesia, una consola de comunicaciones, tres bombas de infusión independientes de fármacos (una para administrar el hipnótico, otra el relajante muscular y la última la analgesia) y cuatro cámaras con conexión a Internet de banda ancha mediante Skype.

La idea no es nueva. Fernando Gilsanz, jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación del hospital madrileño La Paz, asevera que "desde los años 70 se están desarrollando sistemas automatizados que permitan administrar fármacos y medir sus efectos, que es lo que en realidad también ejecuta el que se acaba de probar al otro lado del Atlántico. Se trata de una línea de investigación interesante, aunque de momento son pocos pacientes y aún no ha recibido la aprobación de la agencia estadounidense del medicamento, la FDA".

Hemmerling reconoce a ELMUNDO.es que "todo el proyecto fue un desafío. El concepto se basa en el uso común de los medios de comunicación, Internet de banda ancha, vídeo-conferencia, la diferencia horaria, lingüística, así como la médico-cultural. Escogimos cuidadosamente cada paso de la puesta en práctica de la nueva técnica con nuestros colaboradores del Departamento de Anestesia de la Universidad de Pisa. El equipo de investigación italiano, liderado por el doctor Zaouter, fue entrenado específicamente y entre todos hemos realizado los esfuerzos necesarios para demostrar que sí es posible realizar la anestesia trasatlántica de forma segura y con la más elevada calidad".
'McSleep'

"Gracias a tres de las cuatro cámaras instaladas en el quirófano controlamos los parámetros de los pacientes a distancia, como el ritmo respiratorio, los signos vitales (frecuencia cardiaca y saturación de oxígeno) y las imágenes en directo de la cirugía. La cuarta cámara se dejó a propósitos especiales", relata el experto.

Para manipular los diversos componentes de la anestesia general, el sistema automatizado mide tres parámetros diferentes que aparecen en un nuevo monitor integrado de la anestesia: la profundidad de la hipnosis a través del análisis del electroencefalograma, el dolor a través de una escala de dolor, llamado AnalgoscoreTM y la relajación muscular. "Todos estos sistemas han sido desarrollados por nuestro Grupo de Investigación de Tecnología Inteligente de Anestesia (ITAG, sus siglas en inglés)". El sistema administra los medicamentos apropiados que utilizan bombas de infusión convencionales, controladas por un ordenador portátil al que 'McSleepy' está instalado", agrega.

Mediante el "uso de estos tres parámetros por separado y complejos algoritmos, el sistema automatizado calcula más rápido y con mayor precisión que una persona el tratamiento adecuado para cada momento de la anestesia. Así los anestesiólogos pueden centrarse más en otros aspectos de la atención directa al paciente. Una característica adicional es que el sistema se puede comunicar con los anestesistas con sistemas digitales personales (como la PDA), facilitando el seguimiento a distancia y el control de los anestésicos", añade.

El anestesista canadiense anuncia que se van a llevar a cabo más intervenciones aunque en esta ocasión "el paciente estará en un quirófano de Montreal y la inducción de la anestesia se realizará desde Pisa. Tenemos previsto aplicar la técnica a un mayor número de pacientes: unos 200".

Pocos dudan de las ventajas de su sistema. Es el caso de Javier Ariño, anestesista del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid. "Gracias a esta técnica y con solo contar con personal entrenado en anestesia que sepa entubar, como sucede en EEUU y algunos países de Europa, se pueden llevar a cabo operaciones en lugares remotos, donde no haya anestesistas como un barco o en misiones de la NASA. Es especialmente importante para países en desarrollo, como África, que no poseen suficiente personal".

De la misma opinión se muestra su 'inventor'. "En muchas zonas del mundo, hay una falta de especialistas y la atención al paciente se realiza por personal de enfermería o incluso no médico. Nuestra forma de teleanestesia ofrece la misma calidad y seguridad de cualquier inducción de analgesia, independiente de un lugar o del tiempo".

Defiende, además, que "los beneficios de combinar el concepto de anestesia automatizada con videoconferencias, con el control remoto de la anestesia y todos sus parámetros radica en que, incluso, cuando la función de Internet se desvanece por un breve espacio de tiempo, el sistema automatizado todavía sigue funcionando hasta que se restablezca la conexión a la red".
Las dudas

Reconoce, no obstante, que "todavía se seguirá necesitando la asistencia de un equipo local en la sala de intervenciones que cree los accesos a la vía intravenosa del paciente y proceda a la inserción de un tubo endotraqueal".

Para Fernando Gilsanz es prematuro asegurar "que la teleanestesia sea ya una realidad. La telemedicina, como por ejemplo el envío de imágenes radiológicas de un país a otro para su valoración, existe, pero en el caso de los actos terapéuticos (una operación) lo veo más complicado, aunque es una buena línea de investigación".

El doctor Hemmerling defiende que parte del futuro de la anestesia a distancia es la posibilidad "de realización de parte del cheque preoperatorio sin que el paciente tenga que acudir al hospital. En el ensayo, evaluamos el estado de las vías respiratorias del paciente y su historial médico, también por videoconferencia".


Alternativas a la laringoscopia directa para la intubación traqueal

Artículo nº 1580. Vol 12, diciembre 2010.
Autor:Antonio García Jiménez


Alternativas a la laringoscopia directa para la intubación traqueal

Artículo original: Comparison of GlideScope video laryngoscope and intubating laryngeal mask airway with direct laryngoscopy for endotracheal intubation. Cinar O, Cevik E, Yildirim AO, Yasar M, Kilic E, Comert B. Eur J Emerg Med 2010. [Resumen] [Artículos relacionados]

Introducción: El laringoscopio directo (LD) convencional es una de las herramientas básicas para el control de la vía aérea en manos de los intensivistas y en el campo de la Anestesiología, pero en los últimos años han aparecido nuevos dispositivos para facilitar el acceso a la vía aérea inferior, como los dispositivos de video-laringoscopia y la intubación con mascarilla laríngea. La facilidad en el aprendizaje se considera uno de los aspectos fundamentales a la hora de recomendar una u otra técnica.

Resumen: En un estudio prospectivo realizado con 121 personas que se estaban formando para trabajar como paramédicos, y a los que ya se les había formado previamente en intubación traqueal con LD, se les impartió una sesión formativa sobre el uso del video-laringoscopio GlideScope (VL) y otra sobre intubación con mascarilla laríngea Fastrach (ML). Posteriormente realizaron todos ellos intentos de intubación traqueal en maniquí con los 3 métodos a comparar. La tasa de éxitos de intubación traqueal del grupo de estudio con los 3 métodos fue del 78,5%, 91,7% y 92,7% cuando se usaron LD, VL y ML, respectivamente. En conclusión de los autores, los sistemas de intubación con VL y ML fueron superiores a la intubación tradicional con LD en el aprendizaje de la intubación traqueal por paramédicos.

Comentario: El presente trabajo tiene limitaciones evidentes como el ser realizado con maniquís y no con humanos, ser personal en formación para trabajo como paramédicos, y haber sido realizado en un solo centro con escaso número de ensayos. Probablemente estemos todavía bastante lejos de olvidar nuestro casi inseparable “laringo”, pero es cierto que cada vez existen más dispositivos eficaces y opciones a la hora de intubar a un paciente; en el ámbito de la práctica clínica del intensivista, estos dispositivos pueden ser especialmente útiles en casos de vía aérea difícil.

Antonio García Jiménez
Hospital Arquitecto Marcide, Ferrol, La Coruña
©REMI, http://remi.uninet.edu. Diciembre 2010.

sábado, 4 de diciembre de 2010

ETICA EN ANESTSIOLOGIA

Un tema muy interesante y que debemos poner atención ante las tantas eventualidades
médico legales que nos estamos enfrentando en la actualidad.

files.sld.cu/anestesiologia/files/2010/06/etica-en-anestesiologia-francisco-lopez-soriano.pdf


domingo, 14 de noviembre de 2010

Los nuevos residentes de anestesiología aumentan los riesgos de las intervenciones, independientemente del nivel de experiencia clínica| Medcenter Medscape

Los nuevos residentes de anestesiología aumentan los riesgos de las intervenciones, independientemente del nivel de experiencia clínica| Medcenter Medscape

Publicación de la nueva guía clínica del dolor crónico| Medcenter Medscape

Publicación de la nueva guía clínica del dolor crónico| Medcenter Medscape

La FDA autoriza la formulación nasal del ketorolaco para el tratamiento del dolor a corto plazo| Medcenter Medscape

La FDA autoriza la formulación nasal del ketorolaco para el tratamiento del dolor a corto plazo| Medcenter Medscape

Investigación en resucitación. Una necesidad de salud pública

Artículo nº 1573. Vol 11, noviembre 2010.
Autor: Juan B. López Messa


Investigación en resucitación. Una necesidad de salud pública

Artículo original: Cardiac arrest and resuscitation. An opportunity to align research prioritization and public health need. Ornato JP, Becker LB, Weisfeldt ML, Wright BA. Circulation 2010; 122: 1876-1879. [Resumen] [Artículos relacionados]

Introducción: El paro cardiaco extrahospitalario se estima que produce unas 310.000 víctimas al año en Norteamérica, con un impacto enorme sobre la salud pública. A pesar de todas las medidas de mejora emprendidas no se ha conseguido mejorar la supervivencia, a diferencia de otros procesos cardiovasculares como el infarto de miocardio (IM), el accidente vascular cerebral (ACVA) o la insuficiencia cardiaca (IC). La falta de resultados puede deberse a condiciones biológicas letales del paro cardiaco y/o a un inadecuado proceso de investigación.

Resumen: El artículo es un informe especial donde se realiza una comparación del número de estudios clínicos aleatorizados o financiados desarrollados entre 1985 y 2009. El número de reseñas en MEDLINE relativas a estudios clínicos aleatorizados sobre IM fue de 7.691, sobre ACVA de 3.639, sobre IC de 4.108 y sobre paro cardiaco o resucitación (PC-R) de 177. Asimismo, el número de estudios financiados públicamente en Estados Unidos, fue de 6.886 en IM, 4.403 en ACVA, 9.919 en IC y 257 en PC-R.

Comentario: Con la publicación de las recientes recomendaciones sobre resucitación, el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) ha puesto de manifiesto que en Europa se producen aproximadamente 500.000 paros cardiacos al año, con una supervivencia nunca superior al 9% y que se estima podría incrementarse hasta el 20% [1]. La elaboración de unas guías sobre resucitación, se basa en la obtención de resultados de la investigación básica y clínica, y parece evidente que a nivel internacional existen carencias [2]. En nuestro país el panorama parece todavía más desolador. La investigación en PC-R, a pesar del desarrollo de los servicios de emergencias y la formación de profesionales sanitarios y de ciudadanos, no se ve reflejada en estudios de investigación. Ni tan siquiera conocemos la situación real del paro cardiaco, al no existir registros sobre la incidencia tanto del paro cardiaco extrahospitalario como del hospitalario. Esta llamada de atención debe hacernos reconocer que estamos lejos de lo óptimo en desarrollo de investigación en PC-R y que sería preciso mejorar, tanto por el impulso de las sociedades científicas como de las administraciones.

Juan B. López Messa

viernes, 12 de noviembre de 2010

Tambien los de anestesia van al Play



El lunes 9 de este mes de noviembre un grupo de residentes, especialistas en anestesiología y residentes de cirugía más amigos del grupo compartimos una noche en el play.
Los aguiluchos perdimos pero los liceistas quedaron satisfecho habernos ganado.
Pero es una forma de compartir social y sanamente los dos equipos quirúrgicos.
QUE SE REPITA

sistema nervioso autonomo parte 1

Sistema nervioso autonomo1.wmv

domingo, 7 de noviembre de 2010

Hola a todos.
Los he abandonado por unos meses, pero aquí estoy.
Seguiremos actualizándonos y así enviaré artículos que me han llegado y son de gran interés.
Así que vamos hacia la ciencia.

jueves, 29 de julio de 2010

La pregabalina redujo el dolor y los síntomas asociados en la neuralgia del trigémino

19 JUL 10 | Resultados en pacientes

La pregabalina, tanto en monoterapia como en combinación con otras drogas, es eficaz para el tratamiento a corto plazo de la neuralgia del trigémino en la práctica clínica.

Dres. Pérez C, Navarro A, Rejas J y colaboradores
SIIC

Introducción

La neuralgia del trigémino (NTG) es un tipo de dolor neuropático que se caracteriza por el comienzo súbito del dolor, generalmente unilateral, grave, breve, agudo y recurrente localizado en el área de distribución de una de las ramas del quinto par craneal o de varias de ellas; es relativamente infrecuente y tiene un predominio leve en el sexo femenino. A pesar de ser poco frecuente, produce una morbilidad sustancial ya que los pacientes afectados, al igual que lo que ocurre con otros tipos de dolor neuropático, comúnmente experimentan ansiedad, depresión y trastornos del sueño debido, en gran parte, al dolor en sí; afectación del bienestar general, de la productividad individual y un consumo de los recursos de los sistemas de salud. El tratamiento farmacológico se basa en el uso de anticonvulsivos como la carbamacepina, que se ha convertido en la terapia de elección, y, como alternativas, el gabapentín, la oxcarbacepina y los antidepresivos tricíclicos.

La pregabalina (PGB) se une a la subunidad alfa-2-delta, tiene propiedades analgésicas, ansiolíticas y anticonvulsivas y se relaciona estructuralmente con el gabapentín. Según ensayos clínicos, aleatorizados y controlados con placebo, la PGB demostró ser eficaz para el alivio del dolor en la neuropatía diabética (ND) y la neuralgia posherpética periférica (NPH), con mejoría significativa de los síntomas anímicos, del sueño y la calidad de vida. Su perfil farmacocinético permite un escalonamiento rápido de la dosis. Sin embargo, según destacan los autores, no existen ensayos clínicos aleatorizados que hayan evaluado la utilidad de la PGB en la NTG; aunque recientemente los resultados de una investigación prospectiva de tipo abierta demostraron la eficacia de dosis de 150 a 600 mg/día de PGB en 53 pacientes con NTG evaluados durante 1 año. En este estudio se evaluaron los efectos de la PGB en pacientes con NTG refractaria a los tratamientos previos en un ensayo prospectivo, multicéntrico y de observación en el cual la valoración se basó en los resultados comunicados por los propios participantes en cuanto al dolor, los síntomas de depresión y ansiedad, trastornos del sueño y años de vida ajustados por la calidad (AVAC).

Pacientes y métodos

El estudio fue prospectivo, multicéntrico y de observación, de 12 semanas de duración, y tuvo como objetivo evaluar el costo del tratamiento del dolor neuropático refractario (por ND, NPH, NTG) en la atención primaria. El tratamiento analgésico fue decidido por el profesional a cargo. Los resultados presentados constituyen un análisis secundario de este ensayo. El objetivo de este análisis post hoc fue evaluar el efecto de dos regímenes terapéuticos con PGB como terapia aditiva o como monoterapia en el subgrupo de pacientes con NTG. La población del estudio comprendió enfermos de 18 años o más, de ambos sexos, con diagnóstico establecido de dolor neuropático secundario a ND, NPH y NTG realizado por un especialista, de 6 meses o más de duración y refractario a los tratamientos previos (al menos un curso analgésico). Los participantes se evaluaron en dos oportunidades: al inicio y al final (después de 12 semanas). En la primera consulta, los médicos clínicos completaron la versión española del Douleur Neuropathique 4 questions (DN4) y recogieron información sobre la duración de la enfermedad y el tratamiento, el uso de servicios médicos en las 12 semanas anteriores a la inclusión en el estudio y los datos sociodemográficos. Al inicio y a las 12 semanas, los pacientes completaron los siguientes cuestionarios: Short Form McGill Pain Questionnaire (SF-MPQ), Sheehan Disability Inventory (SDI), Medical Outcomes Study Sleep Scale (MOS-Sleep), Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) y el EQ-5. Además, completaron un diario en el cual registraron la intensidad semanal del dolor y el estado de salud, cada uno en una escala analógica visual (SF-MPQ VAS y EQ-5D VAS, respectivamente). Todos los cuestionarios se realizaron en su versión española. El DN4 consiste en 10 ítems que describen las características del dolor y la diferenciación entre dolor neuropático y de otros tipos; su especificidad es del 90% y su sensibilidad, del 83%. Un puntaje de al menos 4 sobre 10 indica la presencia de dolor neuropático. El SF-MPQ describe la intensidad del dolor con 11 descriptores sensoriales y 4 afectivos. El SDI evalúa el compromiso funcional en 3 áreas: trabajo, vida social y vida familiar/responsabilidades hogareñas. EL MOS-Sleep analiza aspectos del sueño. El HADS consiste en 14 ítems, 7 que evalúan los síntomas de depresión y 7, los síntomas de ansiedad. El EQ-5D valora el estado de salud según la percepción del propio paciente.

Se calculó el porcentaje de enfermos con una reducción del 50% o más en la intensidad del dolor valorada en la escala analógica visual del SF-MPQ, y esto se consideró como respuesta al tratamiento. Todos los análisis estadísticos se realizaron en los participantes que completaron 12 semanas de tratamiento y en los que se pudieron calcular cambios respecto de los valores iniciales. Se consideró significativo un valor de p <>

Resultados

Cumplieron los criterios de inclusión para este análisis post hoc 65 pacientes, 36 (55%) recibieron PGB como monoterapia y 29 (45%) PGB en combinación con otras drogas (terapia aditiva); sólo un paciente del primer grupo no completó las 12 semanas de tratamiento. La edad promedio de los participantes fue de 60 años, con un predominio del sexo femenino; un tercio eran trabajadores en actividad. La media para el diagnóstico de NTG fue de más de 2 años y la mayoría de los participantes habían recibido múltiples drogas, más frecuentemente antiinflamatorios no esteroides (AINE), especialmente en el grupo de terapia aditiva (76%), seguidos por anticonvulsivos y paracetamol, principalmente en el grupo de monoterapia (39% y 31%, respectivamente). Los pacientes presentaron dolor moderado a grave al inicio, con repercusiones importantes sobre la calidad de vida evaluada por el EQ-5D, así como alteraciones en el sueño y en la esfera psíquica. No hubo diferencias iniciales entre los grupos, excepto un mayor puntaje en el cuestionario DN4 en el grupo de terapia aditiva. La dosis promedio de PGB fue de 196 ± 105 mg/día en el grupo de monoterapia y de 234 ± 107 mg/día en el grupo de terapia aditiva; en este último grupo los pacientes recibieron además AINE (34%), paracetamol (20%) y opioides (11%), entre otras drogas. El tratamiento con PGB se asoció con una reducción clínicamente significativa (TE de 0.8 o más) en todos los puntajes de dolor en el SF-MPQ. Al final del período de estudio, el 59.4% de los participantes presentaron una disminución en la intensidad del dolor de más del 50% con respecto al inicio y los días sin dolor o con dolor leve fueron 34.6 ± 29.3. La reducción en la intensidad del dolor o el dolor sensorial en la semana previa fue significativamente menor en los pacientes bajo terapia aditiva. El cambio promedio en la escala analógica visual del dolor fue significativamente mayor en el grupo de monoterapia con respecto al de terapia aditiva (-45.1 ± 20.9 mm contra -33.7 ± 22.2 mm, respectivamente; p = 0.038). El número de días sin dolor o con dolor leve fue mayor en el grupo de monoterapia, aunque la diferencia no fue estadísticamente significativa. El comienzo del alivio significativo del dolor se observó a las 2 semanas en el grupo de monoterapia y a las 6 semanas en el grupo de terapia aditiva. El tratamiento con PGB se asoció con mejorías clínicamente significativas (TE de 0.8 o más) en los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos del sueño, sin diferencias entre los grupos, aunque el alivio fue mayor en el grupo de monoterapia. La mejoría en el sueño se manifestó en los trastornos del sueño y la calidad. Se observaron beneficios clínicamente significativos (TE de 0.8 o más) en la discapacidad y la calidad de vida, sin diferencias entre los grupos en cuanto a la mejoría en el estado de salud (EQ-VAS). La mejoría en el estado de salud comenzó a las 4 semanas en el grupo de monoterapia y a las 8 semanas en el grupo de terapia aditiva, con diferencias significativas entre los grupos en las primeras semanas de tratamiento. También se observaron diferencias significativas, con beneficios en las actividades diarias, el dolor/malestar y la ansiedad/depresión en el grupo de monoterapia. Los AVAC fueron significativamente mayores en el grupo de monoterapia.

Discusión y conclusión

Comentan los autores que los resultados de su estudio indican que la PGB, tanto en monoterapia como en combinación con otras drogas, es eficaz para el tratamiento a corto plazo de la NTG en la práctica clínica. La PGB redujo significativamente el dolor y los síntomas asociados con mejorías clínicamente significativas en la discapacidad y la calidad de vida. Los resultados en cuanto al alivio del dolor fueron congruentes con los obtenidos en un ensayo no controlado anterior. En este estudio, los pacientes con respuesta al tratamiento ascendieron a casi el 60%. Además del alivio del dolor, es de destacar la mejoría en los síntomas de ansiedad, depresión y las alteraciones del sueño, dado que estas comorbilidades se observan frecuentemente con la NTG y pueden exacerbar la enfermedad y provocar discapacidad. La terapia con PGB produjo una mejoría clínicamente significativa en los síntomas asociados. Con respecto a las dosis utilizadas, fueron similares al espectro inferior recomendado para las convulsiones y otros tipos de dolor neuropático. Si bien se desconoce la gama de dosis de PGB más eficaz en la NTG, los datos de este estudio indican que las dosis promedio utilizadas fueron bajas. La terapia combinada, que es la alternativa recomendada ante los fracasos en la monoterapia, si bien produjo un alivio significativo en el dolor, los síntomas relacionados y la calidad de vida, tuvo una respuesta menor y el comienzo del efecto fue más lento que en el grupo de monoterapia. Al respecto, señalan que creen posible que esto se deba a que los médicos eligieron la terapia aditiva en los casos más refractarios, indicados por un puntaje inicial más elevado en el cuestionario DN4 que sugiere la presencia de síntomas más complejos y dolorosos en el grupo de terapia aditiva y el uso previo de AINE en mayor proporción.

Como limitaciones se señalan la naturaleza observacional, la falta de evaluación de la tolerabilidad y la duración del estudio corta.

En conclusión, a pesar del tamaño pequeño de la muestra, los resultados avalan la eficacia de la PGB en el alivio del dolor y los síntomas relacionados en los pacientes con NTG. La PGB produjo un alivio efectivo del dolor, los síntomas de depresión y ansiedad y los trastornos del sueño en esta enfermedad. Esta droga puede considerarse como una buena alternativa para el tratamiento de la NTG en la práctica clínica. Es necesaria la realización de ensayos clínicos aleatorizados para confirmar la eficacia, así como las dosis a utilizar y los efectos a largo plazo.


lunes, 12 de julio de 2010

"Se estima que el 80% de los pacientes que sufren un infarto no necesitan oxigenoterapia"

Juan Cabello, cardiólogo del Hospital General de Alicante



Los pacientes que sufren un infarto de miocardio reciben oxígeno, en forma de mascarilla facial o dispositivo nasal, en la mayoría de los casos, ya que se cree que su administración puede paliar el dolor, la opresión en el pecho y disminuir la mortalidad. Sin embargo, un estudio de la Colaboración Cochrane ha demostrado que hay muy pocos ensayos clínicos al respecto -sólo tres- que apoyen que esta práctica médica es beneficiosa para el enfermo e, incluso, apunta que podría ser perjudicial. Los investigadores concluyen que urge investigar en este campo ante la posibilidad de que se administre oxígeno a pacientes que no lo necesitan. Juan Cabello, cardiólogo del Hospital General Universitario de Alicante, director del CASPe (Programa de Enseñanza de Habilidades en Lectura Crítica) y primer autor del trabajo informa de todo ello en esta entrevista.

  • Por CLARA BASSI
  • 6 de julio de 2010

¿Qué es la oxigenoterapia?

Es la administración de oxígeno, a través de diferentes dispositivos, como máscaras faciales o sondas nasales. Se utiliza de manera habitual en la clínica, a presiones bajas. Hay también otro tipo de oxigenoterapia, la hiperbárica, con otras indicaciones y que se administra a altas presiones. Nuestro estudio se refiere a la primera, que se proporciona en los hospitales a los enfermos con insuficiencia respiratoria, infarto de miocardio o insuficiencia cardiaca, entre otros problemas.

¿Por qué se administra a los pacientes con infarto de corazón?

"Aunque es una rutina en la clínica actual, el uso de oxigenoterapia en el infarto se ha investigado muy poco"

Porque hasta ahora se ha pensado en elinfarto de miocardio como una interrupción del flujo sanguíneo a la zona del corazón por un problema de las arterias coronarias. Esa zona se ve privada de oxígeno, además de otros elementos de la sangre. La interpretación que se hacía es que, si se administraba oxígeno, su exceso mejoraría las zonas alrededor del área infartada. El oxígeno no pasa por ella, pero sí por las zonas próximas, de forma que limitaría la extensión de la lesión y mejoraría el pronóstico.

¿En qué ha consistido el estudio que ha realizado su equipo?

La pregunta relevante que nos formulamos fue si con la administración de oxígeno los pacientes que han sufrido un ataque cardiaco mejoran o empeoran. El estudio ha sido una revisión Cochrane, que tiene por norma identificar toda la investigación que se realiza sobre un tema y, a partir de ella, hacer una investigación de síntesis. Ha consistido en recopilar todos los ensayos clínicos sobre administración de oxígeno durante las 24 horas después de un infarto y en hacer una síntesis cualitativa y cuantitativa de sus resultados.

¿Qué han descubierto?

Lo primero, que hay muy pocos estudios relevantes sobre este tema. A pesar de que cada año en todo el mundo hay 30 millones de personas que sufren un infarto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo hemos encontrado tres ensayos clínicos sobre la administración de oxígeno durante este evento cardiovascular.

¿Y de pocos pacientes?

"Ante un infarto agudo de miocardio o insuficiencia cardiaca, con dificultades respiratorias, la administración de oxígeno es obligatoria"

Exacto. Esos tres ensayos englobaron a 387 pacientes. Los tamaños muestrales son pequeños y sorprende porque ésta es una práctica muy común. Según datos de estudios de España y del Reino Unido, el 90% de los clínicos administran oxígeno a los pacientes que han tenido un infarto de miocardio. Es un hecho muy extendido, afecta a millones de personas y, sin embargo, apenas hay investigación al respecto. De forma tradicional, se ha hecho muy poca investigación. La síntesis cuantitativa nos ha permitido averiguar que, en la muestra estudiada, el oxígeno causa más daño que bien a los pacientes que no lo necesitan. No obstante, los resultados no son significativos desde un punto de vista estadístico y, por lo tanto, no son definitivos.

Entonces, ¿cuál es el potencial beneficio del oxígeno durante un infarto?

Hay dos tipos de pacientes para quienes ante un infarto agudo de miocardio o insuficiencia cardiaca, por dificultades respiratorias, la administración de oxígeno es obligatoria. Son quienes tienen falta de oxígeno o una saturación baja de oxígeno en sangre, algo que podemos identificar de manera fácil y no invasiva con un aparato denominado pulsioxímetro. En estos casos, sin ninguna duda, hay que aplicar el oxígeno. El problema de decisión está con los pacientes que tienen la saturación de oxígeno normal, ya que es en estos casos donde no tenemos ninguna prueba de que el oxígeno sea beneficioso e, incluso, según la investigación, puede que sea perjudicial.

¿A cuántos pacientes se administra?

De los 30 millones de personas infartadas que hay al año, la mayoría tienen el oxígeno en sangre normal. Se estima que menos del 20% llegan al centro hospitalario con hipoxemia (falta de oxígeno) y que, por tanto, el 80% de los pacientes que sufren un ataque no necesitan oxígenoterapia en la clínica.

¿Qué ocurre cuando se administra oxígeno a pacientes que no lo necesitan?

"A pesar del resultado, todavía no hay suficientes evidencias disponibles para no administrar oxígeno a las personas infartadas"

En teoría, la administración de oxígeno mejora la mortalidad tras el infarto, el dolor y la opresión que lo acompañan. Pero, con este estudio, hemos observado que no hay ningún cambio en el dolor posterior de los pacientes tratados con oxígeno respecto a los no tratados. Incluso, hay un exceso de mortalidad en quienes se ha administrado oxígeno, al triplicar las probabilidades de morir, respecto a quienes no se ha tratado, aunque, insisto, este resultado no es significativo. El número de pacientes es muy pequeño. De momento, la evidencia empírica que tenemos sugiere una mayor mortalidad entre los tratados con oxígeno y que éste no afectaría al control del dolor. La administración de oxígeno induce cambios circulatorios en el flujo coronario. Tenemos argumentos para explicar el posible daño.

¿Es distinto el resultado si el oxígeno se administra con máscara facial o por vía nasal?

No se han observado diferencias. Hay tan pocos estudios que no se ha podido realizar un "análisis de subgrupos" de la administración del oxígeno con máscara facial o nasal.

A partir de ahora, ¿qué tienen que hacer los médicos en la práctica clínica?

Hay diversos comportamientos comprensibles. No estamos seguros de que el oxígeno sea útil, luego hay que investigar sobre ello de manera urgente. De todas formas, es posible que algunos protocolos o guías lo aconsejen durante un tiempo y, por ello, que lo administren algunos clínicos, a la espera de esa nueva investigación. Yo no lo administraría, pero no creo que tengamos aún información suficiente como para argumentar esta actuación.

A la luz de estos conocimientos, ¿qué debe saber el consumidor? Ante un infarto de miocardio, ¿se puede pedir al médico que no administre oxígeno?

Todavía no es el momento, porque no hay evidencias científicas consolidadas. Los consumidores deben saber que este tema todavía no está claro y plantearse que los clínicos van a cuidarle lo mejor posible.

UNA REVISIÓN DE ESTUDIOS

La Colaboración Cochrane es una organización internacional sin ánimo de lucro, que implica a más de 13.000 personas de todo el mundo. Su objetivo es rastrear todos los estudios que se publican sobre un determinado tema médico en la literatura científica y realizar investigaciones de síntesis cuantitativa y cualitativa sobre estos, como el estudio que se ha realizado sobre la administración de oxigenoterapia en pacientes que han sufrido un infarto agudo de miocardio (IAM). Sus revisiones se publican, de manera periódica y on line, en The Cochrane Library, en inglés, y en la Biblioteca Cochrane Plus, en español.

Otro compromiso de la Colaboración Cochrane es actualizar las revisiones que realiza. En el caso de la oxigenoterapia, ya hay dos nuevos ensayos en curso, uno en Australia y otro en Nueva Zelanda. Además, se estudia realizar otros ensayos en el Reino Unido y, quizá, en España. "Nosotros tenemos el compromiso con la Colaboración Cochrane de actualizar la revisión en dos años", afirma Juan Cabello, por lo que se espera que, en ese plazo, hayan finalizado ambas investigaciones y que se puedan actualizar los datos de la revisión sobre la administración de oxigenoterapia en el infarto
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martes, 6 de julio de 2010

El uso de anestesia aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en personas con predisposición genética.

El uso de anestesia aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer en personas con predisposición genética.

El estudio realizado por investigadores españoles ha sido publicado en la prestigiosa Journal of Alzheimer’s Disease.



- La Dra. María Ángeles Mena, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) y directora del laboratorio de Neurofarmacología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha coordinado la investigación realizada por el investigador pre-doctoral Juan Perucho.

- El estudio “La anestesia con isoflurano incrementa las anomalías de conducta y la patología amiloide de la enfermedad de Alzheimer en ratones” corrobora el efecto que el uso de este tipo de anestesia podría tener en el cerebro humano.

- Durante varios meses los investigadores se han centrado en analizar los efectos de la anestesia repetida sobre ratones normales y sobre ratones con mutaciones genéticas similares a las que producen la enfermedad de Alzheimer.


Madrid, marzo de 2010.-
La utilización repetida de anestesia con isoflurano (uno de los componentes más comunes de la modalidad inhalada) en personas con predisposición genética de padecer la enfermedad de Alzheimer incrementa el riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa, si bien es segura para sujetos normales. Esta es la principal conclusión que se desprende del estudio realizado por un equipo de investigadores españoles coordinados por los doctores Maria Ángeles Mena y Justo García de Yébenes, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED).

El trabajo ha sido publicado en el medio de referencia para la comunidad científica sobre esta patología: Journal of Alzheimer’s Disease y en él han participado también los investigadores Juan Perucho, Isabel Rubio, María J. Casarejos, Ana Gómez, José A. Rodríguez-Navarro, Rosa M. Solano, del Departamento de Neurobiología y Neurología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Así, el descubrimiento confirma un posible mecanismo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer ya que, hasta ahora, varios estudios epidemiológicos habían mostrado un aumento de la prevalencia de esta patología en pacientes sometidos a anestesia y cirugía.

Además, como investigación traslacional, las conclusiones podrían tener importantes implicaciones para los pacientes, tal y como comenta el doctor Justo García de Yébenes: “Los estudios preoperatorios, antes de la realización de una cirugía o intervención quirúrgica que requiera anestesia, deberían ampliarse e incluir sencillas pruebas genéticas para determinar si existe o no predisposición genética a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, a fin de utilizar la anestesia adecuada, ya que las pruebas hematológicas y de alergología que tradicionalmente se efectúan para detectar posibles incompatibilidades no son suficientes para controlar el riesgo médico del paciente”.

La vinculación entre el uso repetido de la anestesia isoflurano y el elevado riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer debería suponer un cambio de mentalidad en la realización de estas prácticas preoperatorias. La instauración de análisis genéticos previos del enfermo, que por sus antecedentes pudiera presentar una mayor predisposición a padecer la enfermedad sería, por tanto, un método fundamental de prevención ante el potencial desarrollo de esta afección neurodegenerativa. Esto implicaría la necesaria implantación de un modelo médico personalizado que permitiera reducir el potencial riesgo del paciente.

Resultados del estudio:

El estudio “La anestesia con isoflurano incrementa las anomalías de conducta y la patología amiloide de la Enfermedad de Alzheimer en ratones”, corrobora el efecto que el uso de este tipo de anestesia podría tener en el cerebro humano.

La investigación se ha basado en la aplicación de anestesia repetida dos veces por semana durante tres meses en ratones normales y en ratones con mutaciones que producen la enfermedad de Alzheimer (denominados APPswe) de entre 7 y 10 meses de edad. Este estudio ha permitido comprobar el efecto que tendría la utilización de este tipo de anestesia en el cerebro humano y los resultados obtenidos son elocuentes: las alteraciones producidas en el cerebro de los ratones mutados son muy similares a las que se observan en el de los pacientes que ya han desarrollado la Enfermedad de Alzheimer.

Entre las principales conclusiones derivadas del estudio realizado destacan:

• La aplicación de anestesia repetida en ratones alterados genéticamente aumentó su índice de mortalidad.
• Estos animales demostraron una menor sensibilidad, una vez que finalizó el efecto de la anestesia y también aumentó su tiempo de recuperación tras el procedimiento.
• La anestesia repetida produjo trastornos persistentes en el comportamiento de los ratones mutados.
• Aumentó la muerte neuronal en áreas cerebrales fundamentales para las funciones cognitivas.
• Aumentó la respuesta de las células inflamatorias cerebrales y el depósito de amiloide.
• Produjo anomalías de los sistemas de procesamiento de las proteínas alteradas.

La enfermedad de Alzheimer suele ser la principal causa de demencia en personas mayores de 65 años

Actualmente entre 350.000 y 400.000 personas en España padecen la enfermedad de Alzheimer, una patología neurodegenerativa para la que no existe prueba diagnóstica específica, aunque sí existen algunos tratamientos eficaces para mejorar los síntomas. No obstante, hasta ahora ninguna terapia ha conseguido detener o revertir el proceso, por lo que su evolución es progresiva. Por tanto, la previsión que manejan los investigadores es que en un plazo de 25 años los enfermos de Alzheimer en España hayan aumentado en torno al 75%.

Pérdida de memoria, problemas al expresarse, ausencia de capacidad en la toma de decisiones y del discernimiento son algunos de los rasgos característicos de esta enfermedad.

La excelencia de los investigadores españoles del CIBERNED

La Dra. María Ángeles Mena, coordinadora de este estudio, dirige el laboratorio de Neurofarmacología del Hospital Ramón y Cajal y es co-investigadora principal del Hospital Ramón y Cajal en CIBERNED.

El doctor Justo García de Yébenes se dedica a la atención de pacientes con enfermedades neurodegenerativas y a la investigación de sus aspectos moleculares, y dirige la unidad de enfermedades neurodegenerativas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

En este estudio han participado los investigadores españoles Juan Perucho, María J. Casarejos, Ana Gómez, José A. Rodríguez-Navarro, Rosa M. Solano e Isabel Rubio, del departamento de neurobiología y neurología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.

Sobre el CIBERNED

El Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED) es uno de los centros de referencia en España en investigación sobre enfermedades neurodegenerativas (END), tales como la de Alzheimer, Parkinson, Huntington y ataxias y enfermedades neuromusculares. Creado en 2006, su principal objetivo es favorecer la investigación biomédica básica, la investigación clínica y la epidemiológica, así como potenciar que la investigación que se desarrolla en los laboratorios pueda concretarse y llegar al paciente (investigación traslacional).

Jurídicamente se organiza como un consorcio público donde participan diversas instituciones representativas de la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas y otras de carácter no institucional e integra un total de 60 grupos de investigación españoles que comparten un objetivo común: “la lucha contra la neurodegeneración”.

Los fondos gestionados por el CIBERNED proceden principalmente del Estado, concretamente del Ministerio de Ciencia e Innovación, quien los canaliza a través del Instituto de Salud Carlos III. No obstante, CIBERNED tiene potestad para poder captar otros recursos de fundaciones y/o fondos de investigación.

Además de la investigación básica y clínica, el CIBERNED tiene como objetivo favorecer la divulgación científica de calidad y hacer a la sociedad partícipe de su empeño en disminuir el impacto negativo de la neurodegeneración.


Sobre la publicación Journal of Alzheimer’s Disease

Journal of Alzheimer's Disease es un medio internacional multidisciplinar que busca facilitar el entendimiento de la etiología, patogenia, epidemiología, genética, comportamiento, tratamiento y psicología de la enfermedad de Alzheimer. Publica estudios de investigación, revisiones, comunicados breves, análisis de libros y cartas al director. Entre las innovadoras investigaciones que han aparecido publicadas en este medio figuran nuevos objetivos terapéuticos, características de la enfermedad y resultados de pruebas clínicas. El Journal of Alzheimer's Disease, editado por IOS Press, tiene un índice de impacto de 5.101, según el informe de Thomson Reuters de 2009.

jueves, 1 de julio de 2010

El camino del progreso no es ni rápido ni fácil. Marie Curie Así es si queremos progresar en algo, no esperen que el camino por recorrer no sea pedregoso. Hay que luchar para lograr nuestras metas. Es así como este grupo de residentes ya, para algunos en su etapa terminal de su especialización y los otros siguiendo sus huellas.



Las nuevas especialistas graduadas de nuestro hospital Pte. Estrella Ureña.

Prevención de la neumonía adquirida en ventilación mecánica

La neumonía adquirida en ventilación mecánica (NAV) es la infección nosocomial más frecuente y grave en los pacientes críticos, y es responsable cuando menos de considerable morbilidad

Paquete de medidas preventivas empleadas


1 Uso de bata y guantes
2 Higiene de manos con solución alcohólica
3 Mantener la cabecera de la cama elevada 30-45º
4 Evitar la sobredistensión gástrica
5 Higiene de la boca con clorhexidina al menos cada 6 horas
6 Tubos orogástricos en vez de nasogástricos
7 Evitar aspiraciones traqueales y desconexiones del circuito innecesarias
8 Mantener la presión de neumotaponamiento del tubo orotraqueal por encima de 20 cmH2O

¿Cómo mejorar la atención de los pacientes con dolor neuropático?


Las recomendaciones vigentes para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático son de utilidad para mejorar la atención médica.

Dres. O'Connor A, Dworkin R
SIIC
American Journal of Medicine 122(10 Supl. 1):22-32, Oct 2009

Introducción y objetivos

El tratamiento de los pacientes con dolor neuropático es complicado. De acuerdo con lo informado en estudios clínicos aleatorizados, el tratamiento con drogas eficaces sólo es satisfactorio en el 50% o menos de los pacientes con dolor neuropático. Asimismo, en estudios transversales se informó que los pacientes con dolor neuropático generalmente presentan sintomatología moderada, a pesar de recibir terapia farmacológica. Estos hallazgos pueden deberse a la administración de un tratamiento inadecuado.

Existen numerosos estudios controlados y aleatorizados sobre el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. La información que surge de estos se empleó para crear recomendaciones terapéuticas fundamentadas, de validez internacional, con el auspicio de laInternational Association for the Study of Pain (IASP) Neuropathic Pain Special Interest Group(NeuPSIG). Dichas recomendaciones fueron aprobadas por entidades como la American Pain Society, la Canadian Pain Society y la Latin American Federation of IASP Chapters. Al mismo tiempo, la European Federation of Neurological Societies (EFNS) y la Canadian Pain Societycrearon recomendaciones adicionales para el tratamiento farmacológico de los pacientes que presentan dolor neuropático. En el presente artículo se describen las recomendaciones del NeuPSIG y se las compara con las elaboradas por la EFNS y la Canadian Pain Society. Por último, se resumen las recomendaciones elaboradas por la EFNS para el empleo de neuroestimulación en pacientes con dolor neuropático.

Consideraciones generales

Existen recomendaciones consensuadas para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. No obstante, la mayoría de la información se obtuvo en pacientes con neuralgia posherpética o neuropatía diabética. En consecuencia, la extrapolación de los resultados a pacientes con dolor neuropático de diferente origen es cuestionable. Además, la duración de los estudios controlados y aleatorizados generalmente fue breve como para definir la eficacia a largo plazo de una determinada droga. Una de las limitaciones principales para la elaboración de recomendaciones terapéuticas para los pacientes con dolor neuropático es la escasez de estudios de comparación entre diferentes drogas. A esto se suman las diferencias metodológicas entre los estudios disponibles, que impiden la realización de comparaciones fidedignas.

Las drogas eficaces para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático generalmente tienen un número necesario para tratar de 2 a 6. Asimismo y más allá del efecto placebo, en la mayoría de los estudios que evaluaron tratamientos eficaces, la proporción de pacientes que logró un adecuado alivio del dolor fue del 50% o menos. La información disponible no permite clasificar a las drogas según su eficacia. Por lo tanto, la elección de los fármacos se realiza sobre la base del perfil de efectos adversos, la presencia de comorbilidades, el riesgo de interacciones farmacológicas y el costo, entre otras variables.

Las recomendaciones para el tratamiento farmacológico de los pacientes con dolor neuropático disponibles en la actualidad presentan ciertas diferencias. Estas diferencias podrían interpretarse como áreas de controversia originadas en la escasez de información. Por ejemplo, en las recomendaciones elaboradas por el NeuPSIG y la Canadian Pain Society, se considera al dolor neuropático periférico como una única categoría. En cambio, en las recomendaciones de la EFNS, el dolor neuropático periférico se divide en diferentes entidades. Ambos puntos de vista están científicamente fundamentados. A pesar de ésta y otras diferencias, las recomendaciones elaboradas por las distintas entidades son coherentes entre sí.

Recomendaciones de la IASP NeuPSIG

Las recomendaciones elaboradas por el NeuPSIG no se aplican a la población pediátrica y a los pacientes con neuralgia del trigémino. Sólo se consideraron las formulaciones orales y tópicas de las drogas. El NeuPSIG considera que las drogas de primera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático son aquellas que presentaron una eficacia sistemática en estudios controlados y aleatorizados. En este grupo se incluyen los antidepresivos inhibidores de la recaptación de noradrenalina y serotonina (IRNS), los ligandos de los canales de calcio y la lidocaína tópica.

Las drogas de segunda línea son aquellas que demostraron eficacia en estudios controlados y aleatorizados, pero que los autores no las consideran similares a las drogas de primera línea. En este grupo se incluyen los opioides y el tramadol, salvo que exista una indicación específica para su empleo. Las drogas de tercera línea son numerosas e incluyen aquellas que cuentan con sólo un estudio controlado y aleatorizado positivo sobre su empleo en pacientes con dolor neuropático. También se incluyen en este grupo las drogas para las cuales se obtuvieron resultados heterogéneos.

La combinación de drogas es necesaria en muchos pacientes con dolor neuropático, aunque se advierte que esto puede conllevar un aumento de la cantidad de efectos adversos, un mayor riesgo de interacciones farmacológicas y un aumento del costo del tratamiento.

Drogas de primera línea

Como ya se mencionó, los IRNS son agentes de primera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático. La eficacia de los antidepresivos tricíclicos (ATC) fue observada en numerosos estudios controlados y aleatorizados, aunque en algunos casos no son drogas de utilidad. Los ATC son económicos, se administran una vez por día y son de utilidad para el tratamiento de la depresión que se presenta con frecuencia en comorbilidad con el dolor neuropático. No obstante, su eficacia analgésica no se relacionaría con la presencia o ausencia de depresión. Los efectos adversos anticolinérgicos y la hipotensión ortostática son las principales desventajas del tratamiento con ATC. Se recomienda preferir el uso de aminas secundarias, ya que tienen menos efectos adversos, y considerar la posibilidad de cardiotoxicidad, aunque los resultados de los estudios disponibles son heterogéneos respecto de este efecto no deseado. Otro efecto adverso que se destacó en algunos estudios fue la muerte súbita. El NeuPSIG recomienda precaución al emplear ATC en pacientes con trastornos cardíacos, efectuar monitoreos electrocardiográficos en pacientes mayores de 40 años y administrar dosis menores de 100 mg/día. La dosis de ATC se debe incrementar de manera paulatina y administrar en horario nocturno.

La venlafaxina y la duloxetina son IRNS eficaces para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático periférico. La eficacia a largo plazo de la duloxetina fue demostrada en estudios abiertos realizados en pacientes con neuropatía periférica, pero no existen estudios efectuados en pacientes con otros tipos de dolor neuropático. Entre las ventajas de la duloxetina se incluye su efectividad en caso de depresión y la eficacia del tratamiento con dosis bajas. Asimismo, la droga tiene un perfil de tolerabilidad y seguridad adecuado. En cuanto a la venlafaxina, se informó su eficacia en pacientes con neuropatía periférica dolorosa de etiología diabética y en caso de polineuropatías de otra índole. Debe considerarse que la venlafaxina puede provocar alteraciones en la conducción cardíaca y síndrome de abstinencia. La administración de ISRS a niños y adolescentes requiere precaución debido a la posibilidad de ideación suicida.

El gabapentín y la pregabalina son eficaces en pacientes con dolor neuropático, si bien los resultados de los estudios al respecto son heterogéneos. Ambas drogas afectan la liberación de neurotransmisores mediante su unión a los canales de calcio gatillados por voltaje. Entre sus efectos adversos se incluyen los mareos y la sedación. No obstante, presentan pocas interacciones farmacológicas. El gabapentín debe administrarse en 3 tomas diarias. Se recomienda aumentar la dosis en forma gradual. Esto disminuye la rapidez con que se puede alcanzar su efecto analgésico completo. La tolerabilidad y la eficacia de la pregabalina son similares a las del gabapentín, pero con la primera el tratamiento puede iniciarse con dosis eficaces. Esto permitiría obtener un efecto terapéutico más rápido en comparación con el gabapentín. Debe considerarse que se informó una asociación entre la administración de antiepilépticos y la aparición de ideación suicida, aunque este hallazgo sería más significativo al administrar fenitoína o fenobarbital.

Los parches de lidocaína al 5% son eficaces en pacientes con neuralgia posherpética y alodinia relacionada con el dolor neuropático. Este tratamiento es bien tolerado y, en general, no tiene efectos adversos sistémicos. La aplicación local de lidocaína también puede efectuarse mediante formulaciones en gel, que son más económicas que los parches. La elección de lidocaína tópica es más adecuada en presencia de dolor neuropático localizado, en tanto que su eficacia en pacientes con dolor neuropático central no sería notoria.

Drogas de segunda línea que son consideradas como primera opción en determinadas circunstancias

El empleo de analgésicos opioides y tramadol es eficaz en algunos pacientes con dolor neuropático. No obstante, la seguridad del tratamiento a largo plazo es desfavorable. Por lo tanto, deben utilizarse en ausencia de respuesta a drogas de primera línea, excepto en determinadas circunstancias clínicas. En diferentes estudios controlados y aleatorizados se informó que los analgésicos opioides provocan un alivio significativo en pacientes con dolor neuropático de diferente origen. Asimismo, su eficacia sería al menos similar a la de drogas de primera línea como el gabapentín, aunque se debe tener presente que su perfil de efectos adversos es más desfavorable. Si bien son necesarios estudios adicionales sobre los efectos adversos a largo plazo de los analgésicos opioides, también debe considerarse que su administración se asocia con un riesgo de abuso y adicción.

Dado que los opioides brindan un alivio inmediato del dolor, su empleo es adecuado en algunos casos agudos, mientras se aumenta la dosis de las drogas de primera línea. También puede ser de utilidad en pacientes con exacerbaciones del dolor o con dolor asociado con el cáncer. En todos los casos se recomienda evaluar el riesgo de abuso y administrar la dosis más baja posible. La constipación, las náuseas y la sedación son los efectos adversos más frecuentes de los opioides. Con excepción de la constipación, estos cuadros mejoran con el tiempo. También puede observarse afectación cognitiva y dependencia física. Este último efecto implica la necesidad de interrumpir el tratamiento de manera paulatina. En general, se prefiere el empleo de dosis fijas de opioides de acción prolongada para ser administrados a largo plazo.

El tramadol es un agonista opioide que además inhibe la recaptación de noradrenalina y serotonina. Su administración es eficaz en pacientes con dolor neuropático y provoca un riesgo de abuso generalmente bajo. Al igual que los opioides, la analgesia brindada por el tramadol es inmediata. Esto lo convierte en una droga de primera elección en las mismas situaciones que los opioides. Los efectos adversos del tramadol son similares a los observados al administrar opioides. Sin embargo, el tramadol puede disminuir el umbral convulsivo y favorecer la aparición de síndrome serotoninérgico. Se recomienda aumentar la dosis de modo paulatino hasta llegar a 400 mg/día. En presencia de insuficiencia renal o hepática, la dosis máxima permitida es 300 mg/día.

Drogas de tercera línea

Las drogas de tercera línea deben reservarse para el tratamiento de los pacientes que no respondieron bien o presentan contraindicaciones para recibir drogas de primera y de segunda línea. Entre dichas drogas se incluye el bupropión, el citalopram y la paroxetina, y drogas antiepilépticas como la carbamacepina, la lamotrigina, la oxcarbazepina, el topiramato y el ácido valproico. No obstante, los resultados de los estudios sobre su empleo son heterogéneos. Lo mismo se observa respecto de la eficacia de la capsaicina, el dextrometorfano y la memantina, entre otros agentes.

Dolor neuropático central

De acuerdo con las recomendaciones del NeuPSIG, algunas drogas son eficaces en pacientes con dolor neuropático originado en lesiones del sistema nervioso central. Por ejemplo, los antidepresivos tricíclicos y las drogas que actúan sobre los canales de calcio serían eficaces en pacientes con dolor provocado por accidente cerebrovascular. Estas últimas drogas también servirían para tratar a los pacientes con daño medular. En pacientes con dolor asociado con esclerosis múltiple se informó la utilidad de los cannabinoides.

Recomendaciones de la Canadian Pain Society

De acuerdo con la Canadian Pain Society, existen cuatro niveles de recomendación para el tratamiento farmacológico de los pacientes con dolor neuropático. Las drogas de primera y segunda línea difieren en términos de calidad de la información que sustenta su empleo y número necesario para tratar (NNT) informado en los estudios disponibles. Entre las drogas de primera línea se incluyen los ATC, el gabapentín, la pregabalina y la carbamacepina. Los agentes de segunda línea incluyen la lidocaína tópica, la duloxetina y la venlafaxina. Las drogas de tercera línea requieren monitoreo y seguimiento especiales, y son el tramadol y los analgésicos opioides. Las drogas de cuarta línea son aquellas que tienen al menos un estudio controlado y aleatorizado positivo sobre su empleo, pero se requieren investigaciones adicionales para recomendar su administración. En este grupo se incluyen los cannabinoides, la metadona, los ISRS, la lamotrigina, el topiramato y el ácido valproico, entre otras. El empleo de opioides y la combinación de drogas sólo se recomiendan bajo sugerencias similares a las expuestas por el NeuPSIG.

Recomendaciones de la EFNS

Las recomendaciones de la EFNS se encuentran divididas según la presencia de polineuropatías, neuralgia posherpética, neuralgia del trigémino y dolor neuropático central. Según la EFNS, el gabapentín, la pregabalina y los ATC son drogas de primera línea para el tratamiento de los pacientes con polineuropatías dolorosas, neuralgia posherpética y dolor neuropático central. La venlafaxina y la duloxetina son drogas de segunda línea para emplear en caso de polineuropatía dolorosa, en tanto que la lamotrigina y el tramadol se consideran de segunda o tercera elección. En caso de neuralgia posherpética, se recomienda utilizar lidocaína tópica como primera opción si el dolor es localizado o existe alodinia. En cambio, el ácido valproico es una opción de segunda línea, al igual que el tramadol y la capsaicina. Por último, la lamotrigina, los opioides y los cannabinoides se incluyen entre las drogas de segunda o tercera línea para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático central.

La EFNS también elaboró recomendaciones para el empleo de neuroestimulación en pacientes con dolor neuropático, aunque debe destacarse que los estudios al respecto son limitados. Existe información suficiente para recomendar la estimulación de la médula espinal ante el síndrome de fracaso de la cirugía espinal lumbar. Lo mismo se verificó para los pacientes con síndrome doloroso regional complejo tipo I. Si bien la estimulación de la médula espinal puede ser útil en pacientes con otros cuadros de dolor neuropático, son necesarios estudios adicionales al respecto.

Conclusión

Las recomendaciones vigentes para el tratamiento de los pacientes con dolor neuropático son de utilidad para mejorar la atención médica y permiten recomendar el empleo de ATC, gabapentín y pregabalina como drogas de primera línea. Los analgésicos opioides y el tramadol se consideran opciones de segunda o tercera línea. También se recomienda la aplicación tópica de lidocaína ante situaciones de dolor neuropático periférico localizado, aunque en algunos casos esta opción se considera de primera línea y en otros se incluye entre las de segunda línea. La duloxetina y la venlafaxina son drogas de primera línea de acuerdo con la recomendación del NeuPSIG. En cambio, la Canadian Pain Society y la EFNS consideran a ambas drogas entre las opciones de segunda línea para el tratamiento de los pacientes con polineuropatías dolorosas. Los autores concluyen señalando que son necesarios estudios adicionales para optimizar el empleo de las drogas existentes e identificar nuevos agentes que permitan obtener beneficios terapéuticos superiores.